Lo que no nos puedes quitar / Código Venezuela 14-12-2010

Lo que no nos puedes quitar

Milagros Socorro

A la memoria de Franklin Brito

Este martes la Asamblea Nacional muy probablemente reformará la malhadada Ley de Responsabilidad Social en radio y televisión, sancionada 2004 y conocida como Ley Mordaza. No por nada. Sirvió de instrumento de represión para aplicar una lobotomía a casi todos los medios de comunicación audiovisual, de allí su denominación popular.
En esta ocasión, el régimen se propone pergeñar una coartada legal para regular Internet y penalizar la crítica. Lo harán. Pueden hacerlo: tienen antecedentes que así lo indican, el Ejecutivo tiene la sumisión total del Legislativo y tienen el vil ejemplo de China, así como de Cuba, cuyos esbirros pululan por los ámbitos de poder local con la aquiescencia de venezolanos.
Pueden controlar los contenidos. Pueden exigir a los prestadores de servicios que se conviertan en censuradores. Pueden imponernos las cadenas de Chávez (que no otra cosa ha significado para Venezuela) día y noche. Pueden hacerse de un punto de interconexión a la red los proveedores de servicios de Internet en Venezuela y controlar el tráfico con origen y destino en Venezuela. Pueden manejar ese punto de acceso a su antojo. Pueden imponernos multas por desenmascarar sus fechorías. Pueden cerrar los medios de comunicación en los que trabajamos (ahí están Radio Caracas Televisión y las emisoras de radio confiscadas). Pueden hacernos presos (la jueza María Lourdes Afiuni acaba de cumplir un año de secuestro en manos del Estado).
Pueden crearse la ilusión de que nos han arrebatado la libertad, dado que pueden sacarnos a rastras de nuestros escritorios y ponernos bajo llave. Pero sólo será una quimera: la libertad está dentro de nosotros y no hay fuerza humana que nos la arrebate. Porque nunca nos podrán quitar la dignidad humana, ésa que aparece mencionada ocho veces en la Constitución.
Esa dignidad con la que muchos se vuelven hacia el régimen para enrostrarle sus crímenes, sus mentiras, sus injusticias, sus crueldades, la sistemática destrucción a la que ha sometido a nuestro país. La dignidad con la que tantos preguntan cómo fue posible que nuestro país se degradara hasta el punto de entregar su destino a un tipo mediocre, inmoral y, tal como han acuñado las filtraciones diplomáticas, payaso.
La dignidad del ser humano es –o debe ser- el valor supremo de todo ordenamiento jurídico y del entramado ético que ha desarrollado el hombre desde los tiempos de Antígona. Es el valor de los valores. Es, pues, la fortaleza indoblegable de los que no nos vamos a callar con ésta ni con mil leyes. Porque hace falta más que un felón, ignorante y malbaratador de los recursos de Venezuela, para callarnos. Hace falta más que su ejército, sus policías, sus rastreros diputados, sus sicarios importados, y sus insultos y amenazas, para callarnos.
La ley mordaza es tu ley, pero hay un valor superior, que es el que nos asiste. Y ese valor es la dignidad humana, el apego a la tradición libertaria de Venezuela, la veneración que sentimos por nuestros mayotes y nuestros maestros.
Apriétame la garganta hasta matarme y aún en la mudez tendré el acento del Zulia y la dignidad de lo más noble de Venezuela.

Editorial de Código Venezuela 14 – 12- 2010

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