El informe de Rangel

Milagros Socorro 

Analice usted la reseña de la última edición del programa de José Vicente Rangel en Televén. Léala con detenimiento e intente sacar dos ideas básicas.

La noticia es que, supuestamente, hay un “informe de inteligencia” y que Rangel tiene una copia. Esto dista mucho de ser nuevo. Cada ciertas semanas, desde hace décadas, José Vicente Rangel actualiza su rutina del “dateado castrense”; y enarbola unos papeles dizque salidos de unas oficinas cuya sede nadie puede precisar, pero donde se sabe que trabajan altos funcionarios, militares de gran poder y algunos oficinistas cuya labor consiste en estar en el ajo. Los misteriosos documentos se cuelan a medianoche, como princesas en dirección a un baile, y caen en sus manos. En las de nadie más.

En esta ocasión, el informe fue elaborado “en un importante organismo de seguridad y defensa venezolano”. Cuál será. Eso no lo revela Rangel. Ah, pero es que en estos casos la fuente es fundamental para atribuirle alguna credibilidad, porque no es lo mismo que un diagnóstico emane de una autoridad médica que del botánico de Quinta Creso. Si el organismo es importante y el informe crucial, por qué no se revela el origen… Eso queda respondido cuando se hace el análisis de las afirmaciones de Rangel.

En este punto debemos detenernos para recordar que los equipos de inteligencia proceden planteándose, en una primera instancia de estudio de una determinada coyuntura, todos los escenarios imaginables, incuso los más excéntricos y hasta estrafalarios. Una vez formulado ese inventario en el que aparecen situaciones rebuscadas y hasta absurdas, el bosque de posibilidades se va reduciendo en la medida en que cada una de esas ocurrencias son sometidas a examen: esto, quien lo haría, dónde, cuándo, con qué medios, con qué objetivo. Y, mientras, se va recopilando información que apoye las hipótesis o las eche por tierra.

El supuesto informe que le llegó a Rangel tiene cara de ser un apunte de una de esas tormentas de ideas que constituyen la cotidianidad de un equipo de inteligencia. Es esa parte donde Rangel se permite echar más leña al fuego, esto es, aumentar las tensiones en un país crispado por el deterioro de las instituciones y la dura vida cotidiana de la ciudadanía, asegurando que “alguien”, no dice quién, tiene una “agenda terrorista” que contempla “asesinatos selectivos de altos funcionarios, ministros y mandos militares”; que habrá “atentados en cines, Metro, automercados, Metrocable, Cabletren, tren al Tuy, Corpoelec y Pdvsa”. En fin, es una declaración tan irresponsable, tan vaga, tan estrambótica, que no apunta a ser creíble. Es un relleno. Una elucubración frívola y de muy mala fe, puesto que en la misma enumeración de crímenes incluye las “protestas focalizadas”, como si las protestas fueran un horror comparable a desatar el terror en los cines y en el transporte subterráneo y no un derecho consagrado en la Constitución.

Pero, insisto, el listado de la “agenda terrorista” es como el aserrín que se pone en las cajas de cristalería, mero colchón para soportar lo verdaderamente importante. Y lo vital es que el supuesto informe hecho por militares no hace sino echarle paja a Maduro cuyo “ejercicio del poder, sobre todo en el área económica” podría generar “anomia social”, es decir, el tan cacareado estallido.

El informe que cayó en manos de José Vicente Rangel, y de ningún otro periodista, también trata a Maduro de ilegitimo, pero no por el episodio de abril (cuando declaró su disposición a recontar los votos de un resultado muy cerrado y plagado de irregularidades del CNE, para negarse en cuestión de horas), sino una “ilegitimidad en el desempeño de gobierno”. No nos detendremos a desmenuzar ese disparate.

El punto es que Rangel se ha sacado de la manga un informe de autoría ignara, donde se habla de “guerra sicológica”, de “disonancia cognitiva del venezolano”, (a quien los jerarcas consideran tan idiota que puede ser engañado por cualquier que le venga a decir que hay desabastecimiento mientras con sus propios ojos ve los anaqueles repletos). Pero lo fundamental es que allí se culpa a Maduro de todos los males, se alude abiertamente a su ineficiencia y se esboza claramente la vinculación entre la incapacidad del ilegítimo y una eventual explosión de descontento que dé al traste con el régimen.

No hay que ser muy malicioso para sospechar que ese informe nunca existió. Y lo que está en marcha es el intento de usar a Maduro como chivo expiatorio del desastre que Chávez dejó. Y al que Rangel tanto contribuyó. Y tanto provecho sacó.

 

Publicado en El Carabobeño, el 23 de octubre de 2013

 

 

Un comentario en “El informe de Rangel

  1. Mi querida y admirada señora, en un país donde el mismísimo presidente aseguró que un pajarito fue la reencarnación de chávez, donde el mismo mandatario afirma que «si el precio del petróleo llegara a 40$ el garantiza (tal vez de su bolsillo) el abastecimiento de el país» cualquier disparate que diga algún alto personaje, en mi humilde apreciación solo tiene un objetivo, seguir embobando a sus seguidores.
    O quizás ese informe le llegó a Rangel por la misma vía del iluminado ave, lo que afirma aquel verdadero dicho ME LO DIJO UN PAJARITO.
    Mis respetos.

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