César Miguel Rondón: “Los comunicadores del régimen resultaron un combo de piratas”

 

Asesor de Dramáticos en Venevisión y profesional de los medios por más de 30 años, Este venezolano nacido en México, donde su familia se encontraba en el exilio al que había sido aventado por el régimen de Pérez Jiménez, asegura que el cierre de RCTV permite augurar una seguidilla de actos de censura a los medios. Y que esto se explica por el carácter autoritario del régimen pero, sobre todo, por su incapacidad para crear medios de comunicación que compitan con los privados en el favor del público.

 

Milagros Socorro

“Para la gente de la televisión, los comunicadores, los periodistas, los escritores, los actores, los técnicos y, en general, todos los trabajadores, así como para todos los venezolanos, el asunto de RCTV es un problema muy grave”, afirma César Miguel Rodón.

-Y la gravedad –continúa- no reside en el pleito político Marcel Granier-Hugo Chávez, que ya pareciera tener ribetes personales; ni siquiera está en el ámbito empresarial, para el que podría suponer el fin de la concesión para el consorcio 1BC. El problema verdadero es que se está cerrando una opción de televisión independiente de la voluntad gubernamental en un momento en que ésta se está devorando todas las instancias de la vida privada del país. Ahí está el verdadero problema, porque, tal como se ha planteado la cuestión de RCTV, es muy posible percibir un camino similar para todas las concesiones.

A mí no deja de parecer que es un campanazo muy elocuente el hecho de que en la víspera de la confiscación de la señal de RCTV, se le aplique a Niños Cantores del Zulia un cierre temporal, supuestamente por una medida que viene del año pasado… porque hay un problema legal menor… Bueno, sí, pero estamos en tiempos de suspicacia. Y todos tenemos motivos para estar suspicaces. Niños Cantores del Zulia es un canal del Episcopado, un canal de obispos; y se le está cerrando a Ubaldo Santana, quien es en este momento el presidente dela Conferencia EpiscopalVenezolana. Además, no se ha cuestionado en ningún momento la programación de ese canal regional.

-Tampoco se ha esgrimido ningún cuestionamiento de la programación de RCTV para proceder al cese de su concesión, lo que equivale a su cierre.

-Efectivamente. Y todos sabemos que lo que irrita a Hugo Chávez, por lo poco que ha dejado colar, es que en Radio Caracas Televisión se lo aluda como teniente coronel. Una cosa incomprensible, porque el caso es que lo es: un teniente coronel retirado; pero ahora nos damos cuenta de que ese tratamiento fue una gotica que resultó insoportable. Pero en ningún momento ha habido un cuestionamiento frontal de la programación de esa emisora, una cuestión que siempre es objeto de debate y que valdría la pena discutir.

-¿Qué es lo que hay, entonces?

-El trasfondo legal no lo hemos conocido los venezolanos. De lo que no hay dudas es que uno de los canales emblemáticos de la televisión venezolana, que ha tenido, como todos, aciertos y desaciertos, avances y retrocesos, está viviendo la inminencia de su cierre. Yo, que soy hombre de televisión, que he trabajado toda mi vida en los medios, y que fui ejecutivo de Radio Caracas, soy uno de los críticos crónicos de la televisión venezolana. Pero no por eso voy a postular su clausura. He estado en ellos, soy parte de ellos, y sigo dentro de ellos, advirtiendo sus fallas y señalando sus necesarios correctivos. Pero así es como se hacen estas cosas, porque la única manera de cambiar las cosas es conociéndolas a fondo, percibiéndolas críticamente y trabajándolas. A contravía de esto, sobre RCTV, su tradición y sus trabajadores, se ha abatido un problema estrictamente político, signado por una pugna personal, que desembocará en la negativa de renovar su concesión. Pero, ¿qué es lo que nos afecta a los venezolanos que no tenemos nada que ver con Marcel Granier, a quienes no nos gusta Marcel Granier, es más, que no nos gusta RCTV ni la sintonizamos jamás? Aún en este caso estamos siendo agraviados profundamente porque una opción televisiva distinta a la omnipresente voz gubernamental está siendo cerrada en un momento en que estamos viendo que otros medios de comunicación están siendo objeto de presiones de todo orden, porque aunque nos hemos acostumbrado a la desigual repartición de la publicidad del Estado, que favorece visible y groseramente a aquellos que han adscrito la línea oficial, ésta es una forma de coacción y atropello que persigue ahorcar a los medios independientes. Por ese camino, hemos visto también otros procesos de intimidación más sofisticados que han derivado en evidentes silencios u omisiones altamente sospechosas. Este contexto, como antesala a la cárcel que precede la cárcel del totalitarismo abierto, que impedirá cualquier expresión de crítica o disidencia, es la clave de lo que está pasando.

No es gratuito que muy recientemente el Washington Post haya incluido este asunto en su primera página y haya citado a un hombre de indudable solvencia intelectual y política, como José María Vivanco, presidente de Human Wright Watch para las Américas, diciendo que éste es el caso de censura más grave en la región desde las intervenciones en este sentido desde Alberto Fujimori, en Perú. De manera que no se trata únicamente de una percepción venezolana o de los profesionales de los medios. Es que el cierre de RCTV está siendo admitido como un flagrante acto de censura a la libertad de expresión y de información en Venezuela. No hay otra manera de llamarlo, por muchos esfuerzos que hagan los funcionarios del Gobierno.

 

El túnel del tiempo

-Esto nos ocurre –dice Rondón- en un comienzo de año, en el arranque, que no dudo en calificar de luctuoso, de un nuevo periodo gubernamental del presidente Chávez, en el que hasta la gente más informada de los intríngulis y pormenores del régimen asegura que incluso Jorge Rodríguez, vicepresidente dela República, quedó sorprendido con los anuncios. Yo no sé si esto será cierto pero sí lo es que los venezolanos que nos dimos el feliz año la noche del 31 nos encontramos a los pocos días con una seria confusión con respecto al lugar y al tiempo en que hemos ingresado con el nuevo año porque no sabemos si estamos en Venezuela en 2007 o en Moscú de 1917 o enLa Habanade 1959. Y, en medio de tan inquietante circunstancia, sobrevienen las amenazas contra RCTV, que sin duda son que la punta del iceberg. Si se cierra una televisora privada sin un solo argumento sólido, porque, insisto, no lo ha habido, ni jurídico, ni comunicacional, ni teórico y ni siquiera político, en fin, si esto ocurre con la mayor impunidad y ningún basamento legal, mañana el régimen cerrará lo que le dé la gana y sin más argumentación que la voluntad del líder.

-Algún vocero oficial ha esgrimido que no puede permitirse que sea la voz de unos cuantos empresarios la que prevalezca en el conjunto comunicacional.

-Bueno, si es así, ¿por qué no le aplicamos ese criterio al canal 8?, donde la voz que prevalece y hace de ventrílocuo a todas las vocecitas que desde esa señal se dejan oír como pretendidamente autónomas. Digo, por ejemplo. El régimen –y dejo constancia de que hablo del régimen, no del Gobierno- ha lanzado una inmensa andanada para influir en la opinión pública, para persuadir la voluntad de lo que llaman el soberano, de que esta medida alberga un mínima atisbo de legalidad. Y lo han hecho con la complicidad inexplicable de profesionales de los medios, porque se da el hecho curioso e incluso aberrante, de que éste es un régimen que tiene el concurso de muchos comunicadores y periodistas, algunos de los cuales presumen de poseer muchos galones, pero en la cruda realidad han resultado no sólo negadores de los más elementales principios democráticos sino un combo de piratas. Ni Jacques Parrot, a bordo de La Perla Negra, tuvo tanto pirata junto. Y a las pruebas me remito: han quebrado o sumido en el fracaso no sé cuántos periódicos, el único periódico emblemático es Vea, que escasamente lo puede leer la gente muy afecta al régimen; tienen, no sólo canal 8, sino una cuerda de canales con muy poca audiencia y menor interés; tienen toda la serie de emisoras de radio que antes conformaron la vieja YVKE Mundial. Con esa gran cantidad de medios a su disposición, la pregunta que deberían hacerse es: si yo tengo un arsenal comunicacional muy superior en número a los privados, ¿por qué éstos pesan más? ¿Por qué RCTV tiene el 33% del share? Y en esto no hay una perspectiva subjetiva, estamos hablando de mediciones diarias, a las que nos sometemos todos quienes trabajamos en los medios audiovisuales y peleamos duramente por ellas, para crecer en los sondeos y abarcar una mayor parte de la audiencia. ¿A qué se deberá esto? Porque el caso es que esos porcentajes de share hay una población chavista altísima. ¿Por qué canal 8 no logra equiparar números ni de lejos, ni logra ser una opción comunicacional? Se sabe con toda certeza que RCTV y Venevisión comparten el share de audiencia, seguidos por Televen, y que canal 8 no supera el 8% de sintonía. Y eso con suerte. Lo normal es que esté plantado en 4%. Está clarísimo: no logran armar una programación con una mínima apelación popular. Y en vez de avocarse a corregir esta estruendosa realidad, optan por cerrar una emisora que sí conecta con el gran público. Y la cierran porque no le soportan su posición política.

-¿Y qué porcentaje de la programación de RCTV tiene contenido político?

-No pasa del 5%. El resto son telenovelas, programas de concursos, revistas matinales. Además, de dudosísima calidad. Pero eso no asoma en el debate.

-¿Usted considera que los seriados dramáticos en Venezuela están pasando por una mala época?

-No. Puedo asegurar que lo que estamos haciendo en Venevisión, y en este punto hablo como doliente directo, va muy bien. En este momento tenemos una yunta magnífica, compuesta por las telenovelas de Leonardo Padrón y de Mónica Montañés, autores creativos, osados e ingeniosos, que lideran ampliamente el mercado. Y ahora viene una telenovela de Alberto Barrera Tiszka, que no dudo en calificar de magnífica y de augurarle un gran éxito. Lo mismo que a otra de Carlos Pérez, que también vendrá. En mi responsabilidad de asesor en materia de Dramáticos ha sido a la inventiva, a la calidad narrativa; y así nos hemos ganado el favoritismo del público. Y, a su vez, Radio Caracas, hace lo suyo para darnos competencia. Así es como se trabaja. Y si canal 8 tuviera profesionales de calidad, gente conocedora del medio, que entendiera que la telenovela es un producto importante en la televisión latinoamericana y que debe hacerse con rigor, con calidad y experticia, harían una gran telenovela y se alzaría con buena parte de la audiencia. Los hechos proclaman que esto no es así.

-¿A qué se refiere cuando habla de dudosa calidad en la programación venezolana?

-A la programa en líneas generales. Pero me refiero sobre todo a que ninguna programación está ajena a la discusión, al escrutinio y, principalmente, a correcciones y mejoría. Y que la solución nunca está en el silencio, en la censura, en el cierre de canales ni de horarios. Porque, además, nada es más democrático que la televisión: no te gusta, te cambiaste de canal. En menos de un segundo. Nadie ignora que el televidente no tiene clemencia ni paciencia: si en minuto y medio no se ve seducido por la oferta de un determinado canal, salta al otro sin miramientos. ¿Por qué el régimen, con los recursos que posee, no ha logrado configurar una programación que atraiga esas audiencias cuya marca es la migración constante de una señal a otra? Porque no tiene quién se lo haga. Porque se presenta como gran experto en comunicación y no tiene un solo profesional capaz de arrebatarle televidentes a las plantas privadas.

 

Publicado en la Revista Clímax, marzo de 2007

 

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