Milagros Socorro
“El desabastecimiento y el alto costo de la vida son los flagelos que, además de la inseguridad ciudadana, están golpeando con mayor brutalidad a la población venezolana. En nuestro país hay hambre, hay desnutrición. Además, la morbilidad y la mortalidad han aumentado, han renacido el paludismo, la tuberculosis y el dengue. Estamos ante un cuadro que podría preceder una explosión social y para evitarlo es preciso establecer un acuerdo nacional, que requiere de una voluntad política y de un Gobierno comprometido con su país, no con las importaciones, ni con las economías de otros países”.
Ésta es la posición de Hiram Gaviria, empresario agropecuario, cuya trayectoria incluye su desempeño como profesor dela Universidaddel Zulia, presidente de Fedeagro, ministro de Agricultura y embajador en Francia. En la actualidad es miembro de Alianza Agropecuaria, instancia de formulación de propuestas políticas, -donde convergen los líderes agrícolas de diversos partidos-, que agrupa a campesinos, pescadores, pequeños y medianos productores.
-El ser humano –explica Gaviria- se alimenta de tres grupos de nutrientes: glúcidos, prótidos y lípidos. Los glúcidos son los hidratos de carbono, que vienen de los cereales y los azúcares. Los prótidos o proteínas vienen, fundamentalmente, de los lácteos, las carnes blancas y rojas, así como de los pescados. Y los lípidos o grasas tienen dos orígenes: animal, -como manteca de cochino o mantequilla- y vegetal.
-¿Cuáles son los hidratos de carbono que se consumen principalmente en Venezuela?
-En el rango de los cereales, consumimos, en primer lugar, maíz blanco, (somos un país comedor de arepa)34 kilogramospor habitante al año. Un kilogramo de harina precocida da para 20 arepas; esto significa que, en promedio, nosotros comemos dos arepas diarias. En segundo lugar, consumimos arroz en cantidad de 19 kilos/habitante/año; y, luego, consumimos trigo, en forma de pastas, pan y galletas, entre otros, en un volumen de 32 kilos/habitante/año. De estos tres cereales, producimos el 100% del maíz blanco (para producir 34 kilos/habitante/año se requiere aproximadamente un 1.300.000 toneladas de maíz blanco, que rinde un 70% en harina). En 2007, en Venezuela se produjeron 1.800.000 toneladas, lo que implica que tuvimos un excedente en este rubro. En cuanto al arroz, estamos en una tonelada de arroz, lo que satisface plenamente el consumo, mientras que en trigo no producimos absolutamente nada y debemos importar todo el trigo, (1.300.000 toneladas) básicamente de Canadá, Estados Unidos y Argentina (en ese orden).
-¿Qué consumimos en materia de azúcar?
-Nosotros producimos azúcar de caña y consumimos algo más de un millón de toneladas de azúcar al año (que, dividido entre 27 millones de habitantes, nos da una estimación de 37 kilos/habitantes/año). En este rubro somos deficitarios: producimos unos 10 millones de toneladas de caña de azúcar –con un rendimiento del 8% en azúcar-; esto da unas 800.000 toneladas de producción, lo que arroja un déficit de unas 300.000 toneladas, que debemos importar de Colombia, nuestro proveedor tradicional, de Centroamérica, Brasil y, en menor de medida, de Cuba.
-¿En cuanto a verduras y tubérculos?
-En todo lo que son papas, yuca, zanahorias, hortalizas, verduras y frutas tropicales estamos autoabastecidos. No se importa absolutamente nada.
-¿Qué proteínas consumimos los venezolanos?
-En carne de bovino, tenemos un consumo de 18 kilos/habitante/año; esto equivale a una producción de 400.000 toneladas de carne de bovino al año. Aquí tenemos un déficit: el año pasado importamos unas 60.000 toneladas de carne, fundamentalmente desde Brasil pero también de Argentina, animales en pie así como cortes ya congelados. En carne de bovinos, presentamos déficit en forma cíclica. En pollo, consumimos entre 34 y 36 kilos/habitante/año, lo que requiere una producción de 860.000 toneladas al año, que se produce enteramente en el país. En huevos, consumimos unas 125 unidades habitante/año y las producimos totalmente en Venezuela. En cerdo, tenemos un consumo de unos 8 kilos/habitante/año, que también se producen enteramente en el territorio. En leche, tenemos un consumo de entre 75 y 78 litros/habitante/año (muy inferior a lo recomendado porla Organización Mundialdela Salud, que es de120 litrospor persona al año; mucho más si se compara con Holanda, el país de mayor consumo de leche en el mundo, donde se consume un poco más 300 litros/habitante/año). En la producción de leche somos deficitarios: ese consumo de 75 litros/habitante/año equivale a un consumo de 5.5 millones de litros de leche al día; y el país está produciendo unos 2.8 millones de litros de leche al día. En los últimos años hemos bajado la producción en 200 mil litros diarios; y el resto, 140.000 toneladas, se importa. Esto no es nuevo. Venezuela ha sido tradicionalmente deficitario en este rubro, por lo que la hemos importado de países dela Unión Europea, Nueva Zelanda, Australia y, recientemente, de Argentina.
-¿A qué se debe esa condición deficitaria, en leche, de Venezuela?
-A varios factores. Uno, los rendimientos por animal: en el trópico los animales son menos productivos. Luego, está el hecho de que la vaca produce leche cuando pare, y los ciclos reproductivos en estas latitudes son más lentos (mientras una vaca en Europa se preña todos los años, en Perijá lo hace cada 18 meses, porque, aunque tiene el celo con la pauta fisiológica normal, las adversidades sanitarias retardan la reproducción).
-¿Entonces, por qué Colombia, que comparte la latitud, produce más leche que nosotros?
-Y Centroamérica se autoabastece. Efectivamente, nosotros pudiéramos autoabastecernos tanto en carne como en leche. Las razones son políticas.
-El presidente Chávez ha dicho que así como el consumo de leche ha aumentado en el mundo, la producción ha bajado. ¿Esto es correcto?
-No. Es cierto que el consumo de leche ha crecido en países como India y China pero la producción también. Según cifras dela FAO, en el año 2006 el mundo produjo 600 millones de toneladas de leche, cerca de un 3% más de lo que se había producido en 2005.
– Usted dice que el año pasado importamos 140.000 toneladas. ¿Cómo es que persiste el desabastecimiento?
-Aquí se están produciendo, en leche y en otros alimentos, dos fenómenos perversos: sobrefacturación y la fuga hacia Colombia y otros países. En el primer caso, un importador le dan dólares, comprados a Bs. 2.150, para traer leche, entonces ese importador usa esos dólares o parte de ellos para venderlos por Bs. 6.000 en el mercado. Si bien estamos gastando 5.800 millones de dólares en el exterior, es probable que, en muchos productos, no toda la mercadería equivalente a este gasto esté entrando al país. Y en el segundo caso, traen la leche pero resulta que en países vecinos tiene un precio mucho más alto que aquí, donde está regulada. Desde luego, en ambos casos estamos una acción criminal en contra de la población.
-¿Serán efectivas las medidas policiales que el Presidente ha anunciado?
-No lo creo. Aquí lo que debe hacerse es sincerar progresivamente los precios, de acuerdo a los costos de producción y a los mercados internacionales.
-¿Eso es lo que Chávez llamaría un planteamiento neoliberal?
-No. Porque nosotros estamos en contra de una liberación de precios, sencillamente porque el consumidor venezolano no aguantaría eso. Nosotros, desdela Alianza Agroalimentaria, planteamos el Acuerdo PAIS (Producción Abastecimiento Índice Subinflacionario) que consiste en convocar en una mesa a los actores de un determinado circuito, como leche, pollos, café, azúcar… Esos actores son: productores primarios, procesadores agroindustriales, distribuidores, tanto de insumos como de productos terminados, banca, universidades (que prestan asistencia técnica e investigación), y el Gobierno, en representación de los consumidores, es decir, del bien común. Una vez concertados, planificar unos volúmenes de producción de acuerdo a las necesidades y en grado creciente, los niveles de productividad a alcanzar, los recursos requeridos para lograr esas metas (recursos financieros, infraestructura física, maquinaria, insumos tales como fertilizantes), una política comercial concertada, que establezca precios capaces de compensar moderadamente los costos de producción y generen una pequeña ganancia; y, sobre todo, que esos precios puedan estar por debajo de la inflación. Esto es muy importante porque en Venezuela se da la circunstancia perversa de que la inflación tiene en los alimentos su componente más dinámico: el año pasado la inflación general fue de 22.5%, pero la inflación en alimentos fue de 33%. Es decir, el bien más caro en Venezuela es la comida y esto afecta a los más pobres, quienes gastan el mayor porcentaje de su salario en alimentación.
-¿Qué ocurre con el pescado?
-Nosotros tenemos un consumo de pescado relativamente bajo (10 kilos/habitante/año), a pesar de que Venezuela tiene dos mil kilómetros de costa y de que el pescado es una proteína muy barata, particularmente la sardina.
-¿Qué grasas consumimos?
-Nosotros importamos unas 350.000 toneladas de aceites vegetales al año (aquí se produce aceite, básicamente, de palma aceitera, porque antes producíamos maní, girasol, ajonjolí y coco, pero esos cultivos se han venido al suelo), entonces debemos adquirir en el exterior aceite de soya, de algodón, de girasol; y yo creo que estamos importando el 90% de los aceites de mesa.
Luz para la calle
-Este es el cuadro –sigue Gaviria- de los consumos, la producción y las importaciones para satisfacer la dieta promedio del venezolano, que está en unas 2.200 kilocalorías por habitante al día, que es, desde, luego un consumo bajo.
[Según establecela Organizaciónde las Naciones Unidas parala Agriculturayla Alimentación, FAO: “A nivel mundial, el promedio de kilocalorías (Kcal) disponibles por persona y día es de 2.760, de las cuales el 66% son hidratos de carbono, el 23%, grasas y el 11%, proteínas. En los países industrializados la cifra de alimentos disponibles es la más elevada del globo: el promedio de aporte diario de kilocalorías es de 3.340 por persona, mientras en los países más pobres la cantidad es solamente de 2.060 kcal y en los países en transición de 2.850 kcal. En los países industrializados el consumo de energías en la dieta diaria media es de 3.340 kilocalorías. El abastecimiento alimentario más alto es el de Dinamarca (3.780 kcal)”].
“Además de lo expuesto, hay otros productos de alto consumo en Venezuela como café, cacao, diversas hortalizas, verduras y frutas tropicales. En general, la producción ha venido disminuyendo, como consecuencia de la inseguridad jurídica; la inseguridad personal, de bienes y vidas, una buena parte de la producción agropecuaria del país está en zonas fronterizas (66% de la leche producida en el territorio viene de la cuenca del lago de Maracaibo, donde están los estados Zulia, Táchira, Mérida y Trujillo); y el grueso del rebaño nacional está también en esa zona, incluyendo a Apure y Barinas, también zona fronteriza, donde la inseguridad ciudadana (secuestros, extorsión y asesinatos) es terrible. A todo esto debe agregarse el deterioro de la infraestructura del país, particularmente las carreteras pero también la electricidad y los sistemas de riego. Venezuela mantuvo, por muchos años, lo que se llamó Módulos de Apure, que eran sabanas que se inundaban en invierno y en verano se secaban totalmente; entonces se hicieron unos terraplenes para contener el agua. Y allí se sanearon un millón de hectáreas. Pero eso se descuidó y se perdió. Asimismo, se deterioraron los sistemas de riego del Guárico y de otros estados. Se abandona la infraestructura de Venezuela al tiempo que se construye en otros países: se hacen viviendas en Cuba, Honduras, Nicaragua etc. “
“Luego está la política comercial, específicamente la fijación de precios de manera unilateral, irrespetando los costos de producción que están muy por encima de los precios fijados a través de la regulación. A eso se agrega el hecho de que en lugar de favorecer la producción interna lo que se ha favorecido son las importaciones. El año pasado, según cifras del Banco Central de Venezuela, el país importó un poco más de 44 mil millones de dólares en todo tipo de bienes y tecnología. Eso significa que dos de cada tres dólares que ingresaron por petróleo –puesto que el ingreso petrolero fue de 66 mil millones de dólares- se fueron al exterior a estimular otras economías y no la interna. Pero de esos 44 mil millones de dólares, 5.800 mil millones de dólares se destinaron a la importación agroalimentaria, lo que implica que en 2007 se produjo 68% más de importaciones agroalimentarias que las realizadas en 2006. Y, sin embargo, hay desabastecimiento”.
-El Gobierno –concluye- no estimula la agricultura interna sino la agricultura de puerto y favorece las importaciones, que deprimen la producción interna y no abastecen el mercado. Es un círculo vicioso. Esto se produce en un momento en que hay un alza vertiginosa de los precios internacionales: no sólo el petróleo aumenta de precio. También los alimentos han multiplicado su valor.
Publicado en la Revista Clímax, marzo de 2008