Gran figura mediática de su generación, articulista y escritor de talento, el eterno adolescente Eli Bravo se revela aquí como un agudo cinéfilo y hombre de buen humor.

-¿Quiénes son la actriz y el actor que más admira en la actualidad? Y explique las razones de su preferencia.

-Actores: Johnny Deep y Harvey Keitel. Deep por lo versátil e independiente (incluso irregular) de su trabajo. Keitel porque es un duro de corazón blando. De Deep me quedo con El jinete sin cabeza; y de Keitel, con Smoke. Actriz: Julianne Moore porque es fuerte, intensa, hermosa y convincente. Boogie Nights y Magnolia bastan para admirarla. Hannibal es un trampolín que le ha servido para llegar alto.

-¿Qué final de película le gustaría reescribir?

– Unbreackable, para venderla en folletos. O la dejaría igual para que funcionara como somnífero. No me salí porque esperaba algo en algún momento. Al final, casi odié a Samuel L. Jackson. Eso no se le hace a nadie….

-¿Cuál es la película con la que más ha llorado?

– Manhattan, de Woody Allen. El desencuentro de los personajes, la imposibilidad de amar, la razón que corta pasiones, la carrera de Allen cuando descubre su soledad… También me hizo llorar Hillary and Jackie. No sé si fue la música de Elgar y ese cello que mata, o la tragedia personal de Hillary, pero ese amor suicida y destructivo entre las hermanas, la tragedia de esta mujer sola y virtuosa, su incapacidad física… No pude dejar de llorar, incluso después de los créditos.

-¿Cuál es la película que más lo ha hecho reír?

-Los Monty Pitón, con su historia del mundo. Analiza esto, con De Niro. There´s something about Mary venció mi desconfianza inicial. Pocas veces voy al cine para reír, prefiero las historias fuertes, como Requiem para un sueño.

–¿A cuál actor no le encuentra ningún atractivo, a pesar de que su mujer insiste en que es lo máximo?

-Kevin Costner. Es un helado de yuca. A Sandra no le gusta, pero enloquece a las mujeres, ¿no?

-¿Qué papel le gustaría interpretar usted y vivirlo en la realidad?

-El de Mick Jaegger, en la gira del 72 de los Stones. Y que después me pagaran el programa de desintoxicación. No es un actor, pero su vida es de película.

-¿Cuáles son los malos actores cuyas interpretaciones usted, sin embargo, disfruta?

-Es imposible disfrutar con un mal actor. Sin embargo, disfruté Payback, con Mel Gibson.

-¿Cuál fue la última película cuya proyección abandonó antes de finalizar?

-Una película brasilera cuyo nombre prefiero no recordar. Era una especie de (la telenovela) Pantanal, en35 milímetros. No suelo salirme de las películas. En caso de aburrimiento prefiero entregarme al sueño. Para dormir, Akira Kurosawa es fenomenal, ha propiciado las mejores siestas de mi vida.

-Si pudiera elegirlos, ¿qué actores le gustaría tener en la adaptación al cine de algún relato suyo? ¿En qué papel? Explique, por favor, de qué se trata el relato.

-Me gustaría hacer un corto con Entre panas, una historia que aparece en mi libro “Cortas” (Comala.com 2000). Trata de la muerte de un hombre en manos de traficantes y su amigo quien descubre el cadáver y, de paso, el botín que buscaban los asesinos. Sin pensarlo mucho, decide ofrecerle la mercancía a un capo quien resulta ser el dueño del alijo y éste le propone un negocio. Es una historia rápida, de cortes veloces. Me gustaría ver a Keitel como el capo y a Javier Bardem como el amigo. Yo podría hacer de cadáver, es un papel lo suficientemente complejo.

-¿Qué es lo que en verdad no soporta en una película?

-La pretensión. Prefiero las historias simples y contadas de manera directa. Chuck and Buck, es un ejemplo. En cambio All the Pretty Horses me pareció insufrible. Casi me salgo, ni Penélope Cruz salvaba a la cinta.

-¿Le han propuesto alguna vez que aparezca en una película?

-Si, y de hecho lo hice. El film se llama Annonymous, de Enelio Fariña, una producción independiente rodada en tiempo record a finales del año pasado. Mi personaje se llama Harlequim y es una suerte de payaso delirante que, por acompañar a sus amigos en sus aventuras delictivas, encuentra la tragedia. Jamás había actuado de esa manera, y para buena parte del elenco era también la primera vez. Fue una experiencia adenalínica. Me divertí un montón, y quisiera repetir la experiencia.