Mentira con caducidad instantánea
Milagros Socorro
El viernes de la semana pasada, 26 de noviembre, al salir al encuentro con los periodistas que cubrían la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas, en Georgetown, Guyana, el presidente Chávez dijo que ya Venezuela había firmado lo que ya se conoce como el “protocolo democrático de Unasur”: un paquete de medidas, explica Reuters, para sancionar a las naciones de la región que rompan el orden democrático, firmado por los presidentes y jefes de Estado de los 12 miembros del grupo, en una cumbre que pasará a la historia por ser la primera sin disputas entre los miembros.
El acuerdo establece sanciones diplomáticas, políticas y comerciales contra cualquier golpe de Estado o intento de golpe de Estado, incluidas el cierre de fronteras, la suspensión del comercio y el tráfico aéreo con el país que sufra una intentona golpista.
No es de extrañar que Venezuela suscriba tal pacto. Al contrario, ésa es nuestra tradición, expresada de manera cabal en la llamada Doctrina Betancourt, una proclama hecha por Rómulo Betancourt al juramentarse en su segunda asunción a la Presidencia, ante el Congreso de la República en el Palacio Federal Legislativo, el 13 de febrero de 1959.
Se trata de una proclama para solicitar un instrumento de protección a los regímenes democráticos, llegados al poder por elección libre. En ella, Betancourt rechaza la constitución de gobiernos no democráticos o ilegítimos; y propone, como medida muy concreta, la ruptura de relaciones diplomáticas con los regímenes dictatoriales, al tiempo que anuncia la alianza con los que mantenga una política democrática en sus pueblos.
Así dijo Betancourt en su discurso, que ya tiene más de medio siglo:
“Solicitaremos cooperación de otros gobiernos democráticos de América para pedir, unidos, que la OEA excluya de su seno a los gobiernos dictatoriales porque no sólo afrentan la dignidad de América, sino también porque el Artículo 1 de la Carta de Bogotá, Acta constitutiva de la OEA establece que sólo pueden formar parte de este organismo los gobiernos de origen respetable nacidos de la expresión popular, a través de la única fuente legítima de poder que son las elecciones libremente realizadas. Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranice con respaldo de las políticas totalitarias, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante la acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica internacional.”
Una mentira con dos días de vida
Por eso, por la contundencia y larga andadura de la Doctrina Betancourt, lo mas natural es que un venezolano se apresure a suscribir pactos que castiguen y aíslen las autocracias. Que es lo que Chávez hizo, de manera muy meritoria… para contradecirse menos de 24 horas más tarde.
El sábado 27 de noviembre, el mismo Chávez que había firmado el arreglo de Unasur contra los golpes de Estado, presidió en Maracay los actos con motivo de celebración del Día de la Aviación Militar Bolivariana, en la sede de la Academia Militar del estado Aragua, que ahora no se celebra en diciembre, como toda la vida, sino el 27 de noviembre, en conmemoración de fecha tal en el 1992, cuando según el propio Chávez “camaradas de armas pertenecientes a la Aviación levantaron vuelo hacia la patria del Siglo XXI”. Esto, es el segundo intento de golpe de Estado del año 92.
Los colegas de Unasur deberían ser notificados de que mientras sumaba su rúbrica al documento del consenso, en Maracay se daban los últimos toques para celebrar, este año por primera vez, el aniversario la Aviación un 27 de noviembre, luego del decreto presidencial número 7.102, hecho oficial por el Jefe de Estado el 10 de diciembre de 2009.
No contento con semejante incoherencia, ascendió a general en jefe al general Henry Rangel Silva, golpista del 4 de febrero del 92; y visibilizado recientemente al declarar en Últimas Noticias que si la alternativa democrática gana las elecciones en 2012, la fuerza armada se mantendría leal a Chávez, con quien, según Rangel Silva, “está casada para siempre”. Conviene resaltar que esa entrevista fue solicitada por Rangel Silva (y no por Últimas Noticias). De manera que no hay duda de que la difusión de los pareceres del ahora General en Jefe fue un movimiento perfectamente calculado.
No sería Rangel Silva el único uncido con medallas. También recibieron condecoraciones los militares Rafael Isea y Luis Reyes Reyes, integrantes del Movimiento Revolucionario del 27 de noviembre de 1992. Es decir, golpistas fracasados del 92.
Código Venezuela, 29 de noviembre de 2010