Milagros Socorro
La noche anterior a la sesión de fotografías en la que una espigada modelo luciría la creación de Yenny Bastida para este libro, su padre, que había seguido el proceso de diseño y confección con interés y curiosidad, echó un vistazo alrededor del taller de la hija y observó que el traje no estaba por ninguna parte.
–Hija –quiso saber- ¿dónde está el vestido?
–En la nevera –contestó la imaginativa costurera-. Y toma buena nota de estas palabras, porque no creo que vuelva a decirlas nunca más por larga que sea mi carrera.
Efectivamente, una vez concluido el traje y terminado de colocar los pitillos rellenos con Yelith, que constituían su adorno, no hubo más remedio que refrigerarlo para que la solución coagulara en los cilindros plásticos y se redujera el riesgo de derramamiento del líquido. A la mañana siguiente, Yenni se trasladaría a Caracas para posar ante la cámara fotográfica con su obra y su maniquí.
–La verdad es que yo vivo en la autopista regional del centro –dice cuando se le pide precisión con respecto a su residencia y sitio de trabajo-. Es que me la paso viajando entre Chivacoa y Caracas.
Yenni Bastida Goncalves, una muchacha vivaz, especialmente dotada para la comunicación, nació en Barquisimeto, el 17 de junio de 1983. “Pero ya el 18 de junio me llevaron a Chivacoa, estado Yaracuy, de donde soy”. Es la mayor de tres hermanos. Los dos que la siguen, Yrene y Héctor, son, según dice, “luminarias de la ingeniería química”. Son la descendencia de Julio Bastida, descrito por su hija como “un ingeniero brillante, creativo y super emprendedor, que hizo realidad su sueño, su empresa, desde joven como yo lo hice luego. Aunque no entiende mucho de mi arte me apoya incondicionalmente, al igual que toda mi familia”. Y de Yrene Goncalves de Bastida, licenciada en Biología. “Mi madre”, dice Yenni, “es mi ayudante, mano derecha e izquierda. No entiende mucho de esto, pero lo hace todo perfecto. Trabaja en mi empresa y en la de mi papá. Es quien apoya en todo a todo el mundo”.
Sus abuelos paternos, Julio Bastida y Elsa Lezama de Bastida, vinieron de Trinidad, Cuba. Y los maternos, llegaron de Madeira, Portugal. “Desde luego, soy venezolana y tengo un gran arraigo en mi país. Pero también siento cariño y orgullo por los gentilicios que me han legado mis abuelos. Mis dos abuelas, Elsa y Antonia, son referencia obligada para mí porque de ellas me viene la habilidad manual, que es fundamental en mi trabajo; y que mucho les agradezco.
Yenni hizo sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio Santa María, de la congregación de Hermanas de La Presentación. Es una etapa que recuerda con cariño, porque le ofrecieron la libertad para que se desarrollara según sus talentos e inclinaciones. Al graduarse de bachiller, en 2003, comunicó a sus padres su determinación de seguir estudios de moda. Y su padre le contestó que tendría que asistir a la mejor escuela del país. A la más exigente. “Y así lo hice”, concluye Yenni con su entusiasmo natural. “En agosto ya estaba inscrita en el Instituto de Formación Artística Brivil, que entonces funcionaba en Altamira y luego se trasladó a Sebucán. Mi padre no se equivocó, es el mejor”. Egresaría del Instituto con una tesis de grado sobre Orimulsión: “vestuarios de alta costura y fantasía, concebidos a partir de un trabajo sobre el agua y gotas de petróleo, con cristales y diversas telas voluminosas y contrastantes en tonos negro y azules”.
Después de mucha brega, Yenni ha logrado instalar y consolidar su taller de costura. “Conformé un atelier integrado básicamente por mujeres que me dan todo su apoyo. Son mujeres inteligentes, imaginativas, muy capaces y valiosas. Las admiro profundamente. Todo en mi empresa funciona gracias a Dios, y a la constancia y perseverancia de muchos. Debo mencionar especialmente a Constantino Pacchiano, quien es mi compañero incondicional”.
-Hago de todo en mi empresa, que lleva mi nombre –sigue Bastida-. Tenemos dos líneas de diseño, para indumentaria femenina: casual formal e easy couture. La primera consiste en diseños cómodos y muy creativos, para muchos gustos y tallas, como para disfrutarlos todo el día y en diversas ocasiones. Mientras que los diseños más formales, el estilo coctel, está contemplado en la línea easy couture, con telas y aplicaciones con diseños sofisticados, para ocasiones más especiales. Ambas convergen en el buen gusto, en diseños que aspiran a realzar la belleza de las mujeres en un marco de elegancia y renovación.
Yenni confía en que el futuro le deparará muchas ocasiones para seguir evolucionando en su arte y en su oficio. “Mi espíritu itinerante pero organizado y constante me llevará tan lejos como he soñado. Bueno, eso espero”.
La obra que durmió en la nevera responde al deseo de Yenni Bastida de “interpretar el espíritu de la gelatina más glamorosa de todas las épocas, comenzando con una blusa sublime y vaporosa, de organza de seda tornasol, con mangas y cuello; y una falda alta elaborada con plástico reciclado y gelatina encapsuladas con calor. Todo envuelto en una capa de tul y combinado con accesorios de cadenas doradas y piezas de gelatina, así como códigos de barras en los stiletos (tacones de aguja) y zarcillos. Acompañé esto con un tocado hecho con un cintillo asimétrico con más plástico reciclado, pitillos y gelatina”.
Para darle color a los pitillos uso el contenido de 23 cajitas de Yelight; y para los adornos de los zarcillos y zapatos echó mano de los códigos de barra, que recortó de los empaques. Para cerrar los extremos de los pitillos en cuyo interior puso la gelatina, usó una máquina industrial de sellado de plástico perteneciente a la empresa de su padre.
¡Que grande es Dios!, cuando vi la propaganda sentí tanto interés por ese ser tan noble y sencilla y no te pude ver el día del programa; pero hoy sábado lo logre ver y fue tan grande mi emoción cuando busque esta historia y supe que eres hija de un hombre tan ejemplar y sabio como Julio Bastidas a tu mami la conozco pero muy poco y recuerdo cuando naciste la felicidad y el orgullo de tus padres. salúdamelos y los adoro a todos. supe lo de tu abuelita pero tarde siempre los acobijara lo se. me siento orgullosa como toda tu familia. saludos y éxitos en cada paso. Mirna.