Milagros Socorro.-Luis Vicente león es economista con maestría en Ingeniería Empresarial. Es profesor de Economía Industrial en la Universidad Católica Andrés Bello; y de Investigación de Mercados, en del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA).
Desde 1992 es socio director de Datanálisis, una de las empresas de investigación de mercado más reconocida de Venezuela. Ha publicado media docena de libros acerca de su área de especialización.
–¿Qué estrella de cine persiste en su admiración desde su infancia?
–De niño pasaba largas temporadas en el pueblo de mi mamá, Tovar, estado Mérida. Había un solo cine, donde solo pasaban películas viejas que habían sido proyectadas años antes en Caracas, (a su vez también bastante atrasada con respecto a los estrenos mundiales). El cine era muy barato y, sin muchas actividades nocturnas en el pueblo, íbamos a diario en vacaciones y, a veces, dos funciones por día. Por cierto, que es el único teatro que recuerdo donde el balcón era más caro que el patio, porque era el lugar donde no te escupían de arriba. Las películas usualmente eran bastante light; y diría que la cartelera era más bien arrabalera, por lo que no podría afirmar que mi experiencia cinéfila de niño era muy sofisticada o profunda, pero sí puedo asegurar que desarrollé una preferencia especial por las películas épicas, que dentro de la oferta tovareña, dominada por El Santo y Capulina, eran sin duda un lujo intelectual. Mis favoritas eran Moisés y Ben-Hur, por lo que podrás imaginar que la estrella de cine que más me marcó fue Charlton Heston. Lo vi prácticamente en todas sus películas, incluyendo El Cid (que me pareció bastante mala) y luego en toda la saga del planeta de los simios. Definitivamente, cuando pienso en un actor de cine que admiro desde siempre, sin duda me viene a la mente John Charles Carter, el oscarizado Charlton Heston.
–¿Qué clásico del cine tiene ganada una reputación injusta?
–Lo que el viento se llevó. Puede que sea injusto porque me obligaron a verla cuando tenía 12 años y no tenia criterio para apreciarla. Pero no me quedaron ganas de verla más nunca. Me pareció que era un fraude larguísimo. Lo mejor que me hubiera pasado es que el viento se la hubiera llevado de verdad.
–¿Cuál es la película que ha visto el mayor número de veces?
–Casablanca. Es simplemente una obra de arte en todos los sentidos. Ingrid Bergman era espectacular. El momento histórico que recrea, la ambientación y el dilema de Rick “entre el amor y la virtud”, me cautivaron siempre. Que fuera un película en blanco y negro, cuando todo lo que veíamos normalmente era en Tecnicolor, le da un toque muy especial (nunca quise verla retocada en color). La tengo en Betamax, VHS, CD y Blu Ray. He ido muchas veces a Marruecos y tan pronto toco Casablanca, veo la película y voy al Bar de Rick, que por cierto es una mala copia del de la película, pero aún así lo disfruto recreando una historia que me marcó para siempre.
–¿Cuál es el mal actor (o mala actriz) cuyas interpretaciones usted, sin embargo, disfruta?
–Bruce Lee. No era realmente un actor, era un maestro de las artes marciales que, a través de historias bastante básicas y hasta ridiculonas y mal actuadas, lucía su maravilloso trabajo deportivo y explotaba tus emociones adolescentes (me refiero a las que los hombres nunca perdemos). No me pelé ni una de sus películas y ahora las disfruto con mis hijos, ambos cinta marrón de karate a los diez años.
–¿Cuál fue la última película cuya proyección abandonó antes de finalizar?
–Nunca he abandonado el cine. Una vez que entro me quedo, aunque la película sea malísima. Creo que acepto el castigo de una mala selección, estoico hasta el final.
–¿Qué es lo que en verdad no soporta en una película?
–Mi esposa dice que soy hipocondríaco. Es una exageración, pero es verdad que no voy al cine a ver dramas de salud. No me importa si la critica es excelente y la película se ganó un Oscar. Si los personajes principales están enfermos, se curen o se mueran, no voy a verla ni arrastrado.
–¿Ha copiado alguna vez un modelo de vestido, un peinado, un gesto o una actitud de algún actor o actriz?
–No. Al menos, no conscientemente.
–¿Cuál es la película con la que más ha llorado?
–La sociedad de los poetas muertos. Tengo 30 años dando clases y mi relación con los estudiantes ha sido siempre muy estrecha (aunque los últimos años no he tenido tanto tiempo para compartir con ellos como antes). Me sentí súper identificado con la historia de ese profesor, impresionantemente actuado por Robin Williams. El final me afectó y emocionó a la vez.
–¿Cuál es la película que más lo ha hecho reír?
–Muchas películas me han hecho reír. Soy de risa fácil, pero más que una película cómica o divertida en general, puedo decir que la argentino-española Elsa y Fred combinó todos los sentimientos, pero haciendo clímax en la risa.
–¿Cuál es la peor película que ha visto en su vida?
–Sodoma y Gomorra, sin lugar a dudas.
–¿Se ha enamorado alguna vez de un actor o actriz?
–Claro. Todavía estoy enamorado de Andrey Hepburn. La conocí en My fair lady y después vi toda su filmología, aunque nada supera esta adaptación maravillosa del libro favorito de mi mamá: Pigmalión. Era la actriz y la mujer más bella del mundo… después de mi esposa.
–¿Qué parlamento de película suele citar en sus conversaciones?
–Ni siquiera recuerdo el nombre de la cinta, pero era la historia del sufragismo, cuando las mujeres luchaban por el derecho al voto en los Estados Unidos. Estaban divididas entre las que pensaban que debía ser una lucha política pacífica y moderada y las guerreras que querían defender su derecho en la calle, con acciones duras y radicales, que las llevaron muchas veces a la cárcel. Los dos grupos tuvieron diferencias insalvables y nunca actuaron coordinadamente. Al final, cuando el Congreso americano aprueba el derecho al voto y el presidente norteamericano va a firmar el ejecútese, la líder invitada y presente era la moderada, mientras que la lideresa radical estaba en las gradas. En el momento crucial, la moderada llama a la radical (supuestamente su adversaria circunstancial) para que se siente con ella y le dice: “sin el trabajo de ambas, jamás lo hubiéramos logrado”.
–¿Quiénes son la actriz y el actor que más admira en la actualidad?
–No hay nadie como Meryl Streep. Es cautivante en cada papel. Su calidad profesional no tiene par en el cine contemporáneo. En actores, Jack Nicholson, aunque sólo hubiera filmado El Resplandor en toda su vida.
–¿A cuál actor o actriz no le encuentra ningún atractivo… a pesar de que su pareja y/o amigos insisten en que es lo máximo?
–Angelina Jolie. Es una mujer bella, pero no la encuentro tan fuera de lote como para ponerla en el pedestal de bomba sexy en el que está.
–¿Le han propuesto alguna vez que aparezca en una película?
–Sí. Estando en bachillerato ingresé en el grupo de teatro de mi colegio. Se llamaba Máscaras y el profesor director del grupo era un actor de teatro retirado llamado Aroldo Level. Hicimos muchas obras en apenas dos años y nos tomamos el tema muy en serio. Mis compañeros de grupo más relevantes eran Enrique Ibañez y Luis José Santander, ambos dedicados posteriormente a la actuación. Antes de graduarme, Aroldo me invitó a un proyecto cinematográfico en el que él participaría: Se llamaba SN, sobre la Seguridad Nacional en el época de Pérez Jiménez. Fui al casting y me seleccionaron de inmediato, quizás sesgados por la recomendación tan enfática de mi profesor. Era un papel principal. Pero el proyecto no se dio en ese momento y yo luego me fui a la universidad y no supe nada más de esto.
–¿A qué estrella de cine suelen decirle que se parece?
–Con mi cara marcada por el acné y mi voz distorsionada por un hiato congénito, la verdad soy incomparable con un actor de cine, aunque no me ha ido mal con el tema de las conferencias y las entrevistas, lo que siempre me resulta un milagro con mis condiciones.
–Cuando se lleve al cine su vida, ¿qué genero preferiría? ¿quién le gustaría que la dirigiera? ¿qué actor le gustaría que hiciera su papel? ¿qué actores y actrices quisiera que estuvieran en los otros roles? ¿cómo empezaría la película y cuál sería la escena cumbre?
–Retrataría una parte de la historia política contemporánea de Venezuela y mostraría la batalla por decir lo que piensas, aunque no te guste y caiga mal precisamente en el grupo al que quieres ayudar. Me gustaría que lo representara Daniel Radcliffe, de Harry Potter, porque tiene experiencia en eso de ser brujo (a ver si a él le creen), pero yo quisiera participar representándome en mi vejez. No podría faltar Laureano Márquez, mi partner en las tablas y Cameron Diaz, porque esta buenísima (y a ver si empatamos finalmente a Laureano en un amor de película). En el reparto tendrían que incluir a la Colomina y la Varela.
El film empezaría en el momento en que Martha me está acusando de chavista e Iris, de sucio pitiyanqui; y aparezco como el único punto de encuentro entre oposición y chavismo, pues todos me odian. La escena cumbre es cuando todos descubren que cuando el termómetro dice que tienes fiebre no significa que el tipo esté cuadrado con la enfermedad.
–¿Qué película está ligada a su vida (por cualquier motivo)?
–El pez que fuma, de Román Chalbaud. Busqué ese bar por toda la Guaira cuando tenía 17.
–¿Cuál es la historia que el cine nacional debe filmar cuanto antes?
La vida de Jacinto Convit . Todos, absolutamente todos, deberíamos verla y tomar ejemplo.
–¿Cuál es la única razón por la que usted no es una estrella de cine?
–Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
@MilagrosSocorro
Muy buena entrevista. Me divertí mucho con ls ocurrencias de Luis Vicente. Yo estuve en ese cine de Tovar también jeje