Milagros Socorro.- Alfonso Molina es escritor venezolano. Periodista, publicista y crítico de cine. Ha publicado «2002, el año que vivimos en las calles. Conversaciones con Carlos Ortega” (2013), «Salvador de la Plaza» (2011), «Cine, democracia y melodrama: el país de Román Chalbaud» (2001) y ‘Memoria personal del largometraje venezolano’ en «Panorama histórico del cine en Venezuela» (1998).
Es fundador de la página web Ideas de Babel, especializada en cultura, pensamiento político y cine.
–¿Qué estrella de cine persiste en su admiración desde su infancia?
–Elizabeth Taylor, gran actriz en ¿Quién le teme a Virginia Wolf?, de Mike Nichols, y en Reflejos en un ojo dorado, de John Huston.
–¿Qué clásico del cine tiene ganada una reputación injusta?
–Titanic, de James Cameron. Muchos Oscars para un film extremadamente convencional.
–¿Cuál es la película que ha visto el mayor número de veces?
–Son tantas: La gran ilusión, de Jean Renoir; Ocho y medio, de Federico Fellini; El conformista, de Bernardo Bertolucci; Chinatown, de Roman Polanski; Casablanca, de Michael Curtis; El último verano, de Frank Perry…
–¿Cuál es el mal actor (o mala actriz) cuyas interpretaciones usted, sin embargo, disfruta?
–Arnold Schwarzenegger, porque es casi un arquetipo y porque algunas veces lo ponen en películas más inteligentes: Robocop, de Cameron; o Total recall, la original de Paul Verheuven.
–¿Cuál fue la última película cuya proyección abandonó antes de finalizar?
–Casi nunca me voy de la sala, pero no aguanté Del ocaso al amanecer, de Robert Rodríguez.
–¿Qué es lo que en verdad no soporta en una película?
–Lo previsible de una historia y la manipulación del espectador.
–¿Ha copiado alguna vez un modelo de vestido, un peinado, un gesto o una actitud de algún actor o actriz?
–Pues no, no he tenido el suficiente valor.
–¿Cuál es la película que más lo ha hecho reír?
–MASH, de Robert Altman, en marzo de 1970. Los rostros de Donald Sutherland y Elliot Gould eran los símbolos de la transgresión en una película antibélica.
–¿Cuál es la peor película que ha visto en su vida?
–Olvido rápido lo malo, afortunadamente. Las malas películas son demasiadas.
–¿Se ha enamorado alguna vez de un actor o actriz?
–Cuando chico, me mataba Audrey Hepburn. Nunca me hizo caso. Luego descubrí a Meryl y entendí el sentido del amor para siempre.
–¿Qué parlamento de película suele citar en sus conversaciones?
–Más que un parlamento, es una situación dramática que genera una conducta del público. Cuando J.J. Gites (Jack Nicholson) abofetea a Evelyn Mulwray (Faye Dunaway), ya bien avanzada Chinatown, al preguntarle “Who’s that girl?”. Ella le responde: “My daughter”. El público en la sala extrañamente ríe. Nueva bofetada y ella dice: “my sister”. Público ríe, Gites la abofetea otra vez y ella: “My daughter”. La escena se repite cuatro veces: “My sister”, “My daughter”… hasta que el público deja de reír en la sala al comprender… el incesto. Un silencio importante. Gran diálogo de Robert Towne y gran dirección de Polanski.
–¿Quiénes son la actriz y el actor que más admira en la actualidad?
–La australiana Cate Blanchette es grande, sutil, firme, con unos ojos muy expresivos. Actúa desde adentro, desde el alma.El canadiense Ryan Gosling ha construido una ruta estelar en el cine independiente. Blue Valentine, Drive y Los Idus de marzo lo demuestran. Pocas palabras, mucha expresividad.
–Cuando se lleve al cine su vida, ¿qué genero preferiría? ¿quién le gustaría que la dirigiera? ¿qué actor le gustaría que hiciera su papel? ¿qué actores y actrices quisiera que estuvieran en los otros roles? ¿cómo empezaría la película y cuál sería la escena cumbre?
–Comedia romántica. Tal vez el viejo Claude Lelouch filme un plano secuencia de mi iniciación amorosa en el restaurante Da Guido en 1970 con una mujer mayor que yo, de origen italiano, cuyo recuerdo aún amo. Ella podría ser Fanny Ardant, yo un improbable Roberto Begnini. La escena cumbre sería la declaración de amor, ante unas alcachofas a la judía y una copa de Chianti. Luego vendría la carcajada… y todo lo demás.
–¿Qué película está ligada a su vida?
–El graduado, de Mike Nichols, porque cuando la vi por primera vez yo era muy joven y entendí que había otro tipo de cine. Recuerdo la escena final en la que Benjamin rescata a Elaine de la boda eclesiástica armado de… una cruz. Blandía la cruz como una espada. La escena que nunca filmó Buñuel.
–¿Cuál es la historia que el cine nacional debe filmar cuanto antes?
–La de los presos políticos y los exiliados, junto a los que luchan día a día, sin mucha proyección mediática. Los héroes discretos, que diría Vargas Llosa.
–¿Cuál es la única razón por la que usted no es una estrella de cine?
–Porque me gusta ser quien soy.
@MilagrosSocorro