Milagros Socorro.- Mimí Lazo actriz de cine, teatro y televisión.
-¿Qué significó para usted su famoso desnudo en El pez que fuma, de Román Chalbaud?
-Para muchos, fue muy sexy. Para mi familia, un bochorno. Para mí, la suerte de comenzar mi carrera con Román Chalbaud.
-¿Qué look de alguna estrella cinematográfica ha intentado imitar?
-Cuando niña quería ser Brigitte Bardot, luego me quise parecer a las venezolanas Doris Wells y a Marina Baura. Ahora estoy entre Shirley MacLaine y Joan Collins.
-¿Cuál es la película con la que más ha llorado? ¿Y cuál, la que más lo ha hecho reír?
-Con las más he llorado son: Nacido el cuatro de julio, de Oliver Stone y Golpes a mi puerta, de Alejandro Sáderman. Con la que más me reído es con Borrón y cuenta nueva, de Henrique Lazo (Venezuela, 2001).
-¿Qué película le mostró que el cine sería su oficio y su destino?
–La novicia soñadora (Luis Lucia, España, 1971), en la que Rocío Durcal hacía de monja y cantaba, el día que la vi decidí ser actriz (porque cantante no pude).
¿Quiénes son la actriz y el actor que más admira en la actualidad?
-Sean Penn, por su capacidad de transformarse. Jude Law, por la belleza de su parte trasera. Y Meryll Streep, por todo.
-¿Qué personaje de la historia le gustaría interpretar en la pantalla?
-Me he quedado sin hacer muchos personajes que soñaba. Ahora daría cualquier cosa por hacer la vida de Sofía Imber, fundadora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, periodista y mujer aguerrida donde las haya.
-¿Qué es lo más impactante que le ha ocurrido durante un rodaje?
-Cuando la guerrilla voló el puente que cruzábamos a diario para ir al set de Golpe de estadio, de Sergio Cabrera, en Villavicencio, Colombia, apenas minutos antes de que lo cruzáramos.
-¿Quién le ha enseñado más acerca del oficio de actriz?
-Mi maestro Juan Carlos Gené. Y también los buenos directores con los que he trabajado, por ejemplo, recuerdo haber aprendido mucho de Ricardo Lombardi, mi director en El último amante.
-¿Cuál ha sido el papel más difícil que le ha tocado interpretar?
-El de La Garza, en la versión teatral de El pez que fuma. Mi primera actuación fue justamente al lado de Hilda Vera en la versión cinematográfica de esa pieza, de manera que, veinte años después, interpretar el personaje que ella hizo magistralmente en la película de Chalbaud, era, al mismo tiempo, un privilegio y un riesgo muy grande.
-¿A cuál actriz no le encuentra ningún atractivo… a pesar de que su pareja insiste en que es lo máximo?
-A Luis le encanta Nicole Kidman, pero a mí… me gusta aún más.
-¿A qué estrella de cine suelen decirle que se parece?
-José Ignacio Cabrujas me dijo que me parecía a Ingrid Bergman Y Hugo Ulive me comparó con Jessica Lange, cuando la vio interpretando el papel de Blanche Dubois, en Un tranvía llamado deseo (son famosas las mentiras de José Ignacio y todos hemos disfrutado del cinismo de Ulive). Hace seis meses, en una premier, Warren Beatty me dijo que me parecía a Goldie Hawn.
-¿Se ha enamorado de una estrella cinematográfica?
-Mi primer amor fue Ryan O´Neil en Love Story. Treinta años después hice una película con su hijo Patrick.
-¿Qué elementos no deben faltar en un guión de cine?
– Un guionista debe tener muy claro el objetivo de cada secuencia y para qué está cada escena en el guión. El guión es nuestra materia prima y los personajes deben partir de la vida, ser comunes a nosotros, parecerse a lo conocido. Siempre me pregunto ¿a quién ama mi personaje?, ¿a quién no ama? El amor, la pasión, el odio, suelen ser la columna vertebral de la persona que tengo que representar. Los personajes tienen que transformarse o transformar el entorno. Eso es lo que busco como actriz. Como espectadora me gusta el cuestionamiento de lo establecido, la crítica y el humor.
-¿Hasta dónde podría llegar para conseguir un papel anhelado?
-Hasta irme a Hollywood después de los cuarenta, contra toda estadística. Después de eso, no veo qué puede ser más difícil.