El cine según… Héctor Torres @hectorres

Héctor Torres es escritor venezolano. Narrador, cronista y promotor literario. Es autor de los libros de cuentos: El amor en tres platos (2007) y El regalo de Pandora (2011). De la novela La huella del bisonte (2008): Y de libros de crónicas Caracas muerde (2012) y Objetos no declarados (2014).

Es fundador del portal www.ficcionbreve.org

–¿Qué estrella de cine persiste en su admiración desde su infancia?

–Hasta donde recuerdo, Meryl Streep nunca me ha defraudado.

–¿Qué clásico del cine tiene ganada una reputación injusta?

–Aunque no sea considerado un clásico propiamente, y no sé si fue que no la vi en su momento o que los códigos de lo erótico o del asombro la han superado (lo cual la expulsaría del reino de “lo clásico”), crecí escuchando hablar de “Enmanuelle” con una reverencial estela de clásico del cine erótico; y cuando la vi, fui del aburrimiento a la risa, pero me quedé sin saber por qué se hablaba de ella con ese gozo y ese brillo en la mirada.

–¿Cuál es la película que ha visto el mayor número de veces?

–Ese rubro está conformado por varios títulos muy disímiles entre sí, como: “Cinema Paradiso”, “Billy Eliot”, “Almost Famous”, “The shawshank redemption”, “Pulp fiction”, “Underground” y, en su momento, “El lado oscuro del corazón”. Aunque la lista de películas que he visto al menos tres veces sería larguísima. Cito de memoria a “The Commitments” y “Full Monty”, por ejemplo. O a “Thelma y Louise” y “American Beauty”.

–¿Cuál es el mal actor (o mala actriz) cuyas interpretaciones usted, sin embargo, disfruta?

–No sé si decididamente malos, pero hay actores que no tienen buena reputación y sin embargo tienen actuaciones que los salvan, aunque no se les reconozca. Es el caso de Steve Carell (en “Little Miss Sunshine”) y Will Ferrer (en “Stranger than fiction”).

–¿Cuál fue la última película cuya proyección abandonó antes de finalizar?

–He dejado de ver varias películas. Incluso, con la promesa de terminarlas luego (aunque no lo haya hecho). Pero recuerdo al menos una que ni siquiera me prometí terminar en una siguiente tanda: “La piel que habito” (Almodóvar). Me aburrió y puso en riesgo mi ánimo con las novedades de ese director.

–¿Qué es lo que en verdad no soporta en una película?

–Varias cosas me pueden irritar de una película, pero creo que los guiones predecibles (no los que esté previsto que sean predecibles, sino los torpes, los que están llenos de clichés), y el efectismo tramposo para barnizar de encanto una escena floja (como diez tomas distintas en una escena que pretende ser ágil, o unos acordes lacrimosos en una escena que no es conmovedora) se llevan los primeros lugares.

–¿Ha copiado alguna vez un modelo de vestido, un peinado, un gesto o una actitud de algún actor o actriz?

–Si hubiera podido hacerme del vestuario completo de Neo en Matrix, no me lo hubiera pensado, pero me he tenido que conformar con asimilar frases de películas a mis conversaciones, como cuando Vincent Vega (“Pulp Fiction”) interrumpe una conversación en la lunchería diciendo: “To be continued”.

–¿Cuál es la película con la que más ha llorado?

–Soy muy llorón, por lo que es difícil determinarlo, pero todavía lloro cuando vuelvo a ver “Billy Eliot” o “Cinema Paradiso”. Yo soy un cursi sin remedio. Adoro, por ejemplo, las películas de Richard Curtis.

–¿Cuál es la película que más lo ha hecho reír?

–Me he reído mucho con varias películas, desde algunas de Woody Allen hasta “Analize this” (Harold Ramis), pero hay unas que producen una risa nerviosa, y uno nunca termina de saber si espantarse o soltar la carcajada, como ciertas películas de los hermanos Coen (“Burn After Reading”, por ejemplo).

–¿Cuál es la peor película que ha visto en su vida?

–No sé si la peor, pero me quedé dormido viendo “August Rush” (Kirsten Sheridan), de lo absurda y aburrida que me estaba resultando la trama. Pero estoy seguro de que mi generosa memoria habrá borrado pasajes infames de mi vida de espectador de cine.

–¿Se ha enamorado alguna vez de un actor o actriz?

–Sí, y ha sido cíclico. Siempre juro que no volveré a hacerlo y vuelvo a caer. En algún momento mi amor se llamó Michelle Pfeiffer. O Wynona Rider. Hasta tuve un romance pasajero con Geena Davis. Pero debo reconocer que mi último amor, esa cara que no puedo ver en pantalla sin sentir un sobresalto, se llama Ellen Page.

–¿Qué parlamento de película suele citar en sus conversaciones?

–No sé si citar, pero hay algunos a los que me encanta volver. Como el final de “American Beauty”. O el parlamento de Samuel Jackson en “Pulp fiction”, cuando le entrega su cartera al ladroncito. O el voice over de Morgan Freeman en “The Shawshank redemption”, cuando están en el patio de la cárcel y suena el aria de Mozart. Y así, algunas otras.

–¿Quiénes son la actriz y el actor que más admira en la actualidad?

–No sé si la que más admiro, pero Toni Collette me parece una gran actriz, que construye un personaje bien diferenciado en cada papel. Y de los actores, aunque me gusta el trabajo de muchos, Edward Norton me resulta un actor con un registro enorme, que puede ir desde su papel en “American history X” hasta el que hizo en “Moonrise kingdom”.

–¿A cuál actor o actriz no le encuentra ningún atractivo… a pesar de que su pareja y/o amigos insisten en que es lo máximo?

–Si tengo que responder un solo nombre, tendría que reconocer que no entiendo el unánime gusto que despierta Jennifer Aniston. Pero me pasa con frecuencia, ya que mi gusto es bien particular, como lo demuestra mi amor por Ellen Page. Y, aunque me parece muy linda, no puedo ver a Anne Hathaway tan irresistible como le parece a Lennis, que realmente la adora.

–¿Le han propuesto alguna vez que aparezca en una película?

–No, pero el día que se filme una película o un corto basado en un texto mío, exigiré por contrato que yo aparezca en un cameo. En algo absurdo, como un indigente que pasa, o algo así.

–¿A qué estrella de cine suelen decirle que se parece?

–En mi primera juventud, en la época en que usaba bigote, me decían Omar Shariff.

–Cuando se lleve al cine su vida…

–Sería un conjunto de cortos con diversos pasajes de mi vida, dirigidos por autores de distintas tendencias, que se aseguren de escribir los pasajes más terribles en clave de comedia; y los más gozosos, en clave de drama.

–¿Qué película está ligada a su vida?

¬–La única película que entraría en esa categoría, hasta ahora, es una que no se ha filmado. Y es la película sobre “La huella del bisonte” sobre la cual hice una cesión de derechos para llevarla a ese formato. Los tiempos del cine son lentos. Ojalá algún día la hagan. En última instancia, gracias a ese proyecto conocí gente tan linda como Anabel Rodríguez Ríos, Marianela Maldonado y Claudia Lepage.

–¿Cuál es la historia que el cine nacional debe filmar cuanto antes?

–El cine nacional debe deslastrarse de la necesidad de contar historias con trasfondo de denuncia social, y películas históricas respetuosas de la versión oficial. Creo que la única manera que vaya a ver una película sobre Bolívar, tendría que ser una donde al personaje lo satiricen. Falta humor y riesgo, en muchas ocasiones.

–¿Cuál es la única razón por la que usted no es una estrella de cine?

Porque de primera en mi lista de fantasías está ser una super estrella de rock.

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