Milagros Socorro.- Ricardo Silva Romero es escritor colombiano. Narrador, periodista, columnista, crítico de cine, es autor de las novelas: Relato de Navidad en La Gran Vía (2001), Walkman (2002), Tic (2003), Parece que va a llover (2005), Fin (2005), El hombre de los mil nombres (2006), Autogol (2009), Comedia romántica (2012), El Espantapájaros (2012) y El libro de la envidia (2014). Y de los libros de cuentos: Sobre la tela de una araña (1999), Semejante a la vida (2011) y Que no me miren (2011), y los poemarios Terranía (2004) y El libro de los ojos (2013). Su página web www.ricardosilvaromero.com está al aire desde 2002.
–¿Qué estrella de cine persiste en su admiración desde su infancia?
–Mi estrella del cine es, de lejos, Harrison Ford: nadie como él encarna la terquedad, la ironía, la fragilidad de un hombre. Lo que es con él –Indiana Jones, Han Solo, Richard Walker, John Book, Rick Deckard- es conmigo.
–¿Qué clásico del cine tiene ganada una reputación injusta?
–Ninguno. Y todos. Porque la sola etiqueta, clásico, es un premio que se han ganado con el paso de los años, pero también la razón por la que los espectadores llegan dispuestos a desacralizarlos.
–¿Cuál es la película que ha visto el mayor número de veces?
–“La ventana indiscreta”, de Alfred Hitchcock, porque es una comedia romántica que de paso explica a punta de cine qué es el cine.
–¿Cuál es el mal actor (o mala actriz) cuyas interpretaciones usted, sin embargo, disfruta?
–Defiendo el lado cómico de Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone: “Detective en el kínder” y “Oscar” son pruebas de que pueden hacerlo muy bien.
–¿Cuál fue la última película cuya proyección abandonó antes de finalizar?
–Sólo he abandonado una en mi vida: “El lado oscuro del corazón”. Porque era demasiado para mí.
–¿Qué es lo que en verdad no soporta en una película?
–Creo que, por cinéfilo, soporto todo. Pero lo pretencioso, si cinematográfico, doblemente pretencioso, doblemente notorio, doblemente vergonzoso.
–¿Ha copiado alguna vez un modelo de vestido, un peinado, un gesto o una actitud de algún actor o actriz?
–Me estoy quedando calvo como Yul Brynner, que fue siempre mi aspiración.
–¿Cuál es la película con la que más ha llorado?
–Lloré desconsoladamente con los finales de “E.T., el extraterrestre”, y “Running on Empty”, porque son dos despedidas devastadoras para mí, pero creo que lloré todavía más con el final de “It’s a Wonderful Life”, que es una reivindicación, un reconocimiento.
–¿Cuál es la película que más lo ha hecho reír?
–Prefiero las comedias sobre todo. Y tengo muchas favoritas justamente teniendo en cuenta ese criterio. Pero ahora mismo recuerdo que me ahogué de la risa por una escena de “Bowfinger”, que me pareció francamente imposible que se le ocurriera a alguien.
–¿Cuál es la peor película que ha visto en su vida?
–Quizás la segunda parte de la saga de “La laguna azul”, por aburrida e imposible.
–¿Se ha enamorado alguna vez de un actor o actriz?
–No. Me han fascinado, sí, pero me han parecido siempre parte de la ficción.
–¿Qué parlamento de película suele citar en sus conversaciones?
–“Las penas de amor duran quince días”, de “Where The Heart Is”.
–¿Quiénes son la actriz y el actor que más admira en la actualidad?
–Cate Blanchett y Daniel Day-Lewis, creo, por cometer la locura de tratar de ser otros, de perderse en los personajes.
–¿A cuál actor o actriz no le encuentra ningún atractivo… a pesar de que su pareja y/o amigos insisten en que es lo máximo?
–Es que “ningún atractivo” es muy difícil en el cine: todo el que esté en la pantalla es, por ese simple hecho, fascinante. Pueden aburrirme ciertos héroes de acción, eso sí, en la línea de Vin Diesel o Steven Seagal.
–¿A qué estrella de cine suelen decirle que se parece?
–A ninguna. Si lo dicen, será a mis espaldas, y no será bueno.
–Cuando se lleve al cine su vida…
–Será una especie de comedia romántica de suspenso. Director: Alfred Hitchcock. La película comenzaría con un plano de mis gafas. La escena sería mi rutina.
–¿Qué película está ligada a su vida?
–“Annie Hall”, creo yo, porque me hizo pensar que contribuir a la confusión podía ser todo un oficio.
–¿Cuál es la historia que el cine nacional debe filmar cuanto antes?
Una especie de Érase una vez en Colombia, es decir, una película de vaqueros, un sancocho western.
–¿Cuál es la única razón por la que usted no es una estrella de cine?
–Por lo mismo por lo que no soy una estrella del fútbol: porque no me alcanza el tiempo.
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