Milagros Socorro.- Rodrigo Blanco Calderón es escritor venezolano. Narrador, editor y librero. Ha publicado tres libros de cuentos: Una larga fila de hombres (2005), Los invencibles (2007) y Las Rayas (2011).
–¿Qué estrella de cine persiste en su admiración desde su infancia?
–Steven Seagal. En una época fue el ídolo de mi abuela. Alguna vez leí una noticia donde se acusaba a Seagal de haber golpeado a su esposa, la bella Kelly Lebrock. Se lo conté a mi abuela y nunca se me olvidó su respuesta: “Él a mí no me ha dado ningún coñazo”.
–¿Qué clásico del cine tiene ganada una reputación injusta?
–“Ciudadano Kane”. Es una muy buena película, pero no le veo los elementos que la transforman, según opiniones del mundo cinematográfico, en “la mejor película de todos los tiempos”. La gente incluso se inventa enigmas falsos. Por ejemplo, ¿por qué al final Kane dice la palabra “Rosebud”? Pues por el trineo que el personaje usaba en la infancia. Y además la película lo muestra directamente para cerrar la moraleja de la historia.
–¿Cuál es la película que ha visto el mayor número de veces?
–La saga de “El Padrino”. Es, sencillamente, una película perfecta. Una cátedra de cómo contar una historia familiar, cómo hilar tramas, cómo desarrollar cada personaje. De hecho, Francis Ford Coppolla transmite una lección que los narradores deberían retener: no existen personajes secundarios. En una buena historia, todos los personajes son importantes. Todos son susceptibles de transformarse, de un momento a otro, en protagonistas.
–¿Cuál es el mal actor (o mala actriz) cuyas interpretaciones usted, sin embargo, disfruta?
–Keanu Reeves. El pobre tuvo que esperar “The Matrix” para encontrar el marco perfecto a su sempiterna expresión de tonto grave. La expresión la pueden encontrar en la escena en que Neo habla con el Oráculo y, al saber su destino, le pregunta: “What happen if I fail?”. Desde “Breaking Point”, pasando por Speed e incluso en “Drácula”, de Ford Coppolla, Keanu Reeves parece estarse siempre preguntando “What happen if I fail?”. Pregunta que solo tiene sentido si tu personaje, como Neo, debe salvar al mundo.
–¿Cuál fue la última película cuya proyección abandonó antes de finalizar?
–Creo que nunca he abandonado una sala de cine antes del final.
–¿Qué es lo que en verdad no soporta en una película?
–Las escenas de sexo. Los directores deberían dejarle eso al género porno. Como en la mayoría de las películas no pueden ser abiertamente pornográficos, los directores entonces tratan de “innovar” cuando llega el turno de mostrar las téticas y el culito de turno. En eso el cine venezolano tiene un largo prontuario. Y, en general, el resultado es muy cursi y patético. Cuando veo esas escenas no puedo dejar de pensar en los actores grabando esa escena, incómodos, haciendo esas contorsiones ridículas.
–¿Cuál es la película con la que más ha llorado?
–“Forrest Gump”. Cuando Forrest habla frente a la tumba de Jenny simplemente no puedo dejar de llorar. Y después, al final, cuando el hijo de Forrest le toca subirse al autobús para recomenzar el ciclo de la vida, y vuela la plumita y suena “Turn, turn, turn” de The birds, lloro aún más. Un desastre. ¿Por qué? Pues, porque soy un sentimental.
–¿Cuál es la película que más lo ha hecho reír?
–“La fiesta inolvidable”, de Peter Sellers. La historia de ese extra que trata de robarse el show en una película y termina destrozando el set de grabación es magnífica. Esa escena del comienzo, probablemente sea la que más me ha sacado carcajadas y lágrimas de risa. Es una metáfora, por cierto, del propio Sellers: su participación en “La Pantera Rosa”, como el inspector Clouseau, se suponía secundaria. Sin embargo, terminó protagonizando la película.
–¿Cuál es la peor película que ha visto en su vida?
–“The Dreamcatcher”. Es imposible encontrar una película peor. Es un caso extraño, pues llega un momento en que uno empieza a sospechar que es mala a propósito, que al final habrá al menos un guiño que explique el sinsentido. Pero no. Hasta Morgan Freeman es pésimo en ese film.
–¿Se ha enamorado alguna vez de un actor o actriz?
–Claro. De Natalie Portman, pero en “El Profesional”.
–¿Qué parlamento de película suele citar en sus conversaciones?
–Cito muchas frases de Michael Corleone. “Voy a hacerle una oferta que no podrá rechazar” o “You broke my heart, Fredo”. También suelo repetir, mentalmente, la clásica de “Taxi Driver”: “Are you talking to me?”
–¿Quiénes son la actriz y el actor que más admira en la actualidad?
–Me gusta mucho el trabajo de Christian Bale. Creo que es el actor más versátil y completo que hay ahorita.
–¿A cuál actor o actriz no le encuentra ningún atractivo… a pesar de que su pareja y/o amigos insisten en que es lo máximo?
–Me fastidia enormemente Angelina Jolie.
–¿Le han propuesto alguna vez que aparezca en una película?
–Sí, pero como extra. Se trató de una película venezolana, horrorosa, “Yotama se va volando”. La hermana de una amiga trabajaba en la producción de la película, si no me equivoco. Necesitaban extras para la primera escena, que sucedía en un restaurante. Hacíamos de comensales que se veían sorprendidos por unos malandros que entraban a robar y que nos pedían que nos quitáramos la ropa. Quedábamos todos en ropa interior.
–¿A qué estrella de cine suelen decirle que se parece?
–Will Smith.
–Cuando se lleve al cine su vida…
–Una comedia romántica dirigida por Woody Allen. Yo estaría representado por el Giancarlo Giannini de “Pascualino Siete Bellezas” y la actriz principal sería la Mónica Bellucci de “Malena”. Samuel L Jackson haría el papel de Salvador Fleján, John Leguizamo haría de Eduardo Sánchez Rugeles y Joe Pesci de un Luis Yslas ya sesentoso. La escena final sería en los chinos de Los Palos Grandes, todos viejos, alrededor de una mesa tomando cerveza y hablando pestes del mundo editorial venezolano. La película terminaría con una llamada de Mónica Bellucci, histérica, pidiéndome que me vaya ya para la casa.
–¿Qué película está ligada a su vida?
–“Tomates verdes fritos”. La veía muy seguido en mi infancia.
–¿Cuál es la historia que el cine nacional debe filmar cuanto antes?
La de Pastor Maldonado. Adam Sandler haría el papel de este piloto de una república bananera que, al caer la dictadura, lo despiden de la F1 y se ve en la necesidad de regresar a su país y trabajar de taxista. Poco a poco, Sandler entra en el mundo de los piques, en una Caracas postapocalíptica. Debe disfrazarse para que los otros no lo reconozcan. Al final, Maldonado-Sandler vence a su oponente en una vuelta a Los Próceres. Entonces, se quita el disfraz y todos se dan cuenta de que es Pastor Maldonado y de que en el fondo tiene un buen corazón y no es un mal piloto. Y todos se reconcilian.
–¿Cuál es la única razón por la que usted no es una estrella de cine?
–No me gusta trabajar en grupo.
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