Milagros Socorro
La primera reacción de Chávez, tras las declaraciones del ex magistrado del TSJ Eladio Aponte Aponte, ofrecidas a la televisión el 18 de abril, fue calificar a su antiguo amigo de delincuente y al contenido de sus revelaciones, de caliche. Lo peor es que esto no sorprendió a nadie: un jefe de Estado es implicado por el más alto juez penal de su régimen en actividades de narcotráfico y señalado de intervenir personalmente para imputar a inocentes y dejar libres a criminales; y a ese mandatario estos señalamientos le parecen un caliche, que en la jerga periodística alude a información de poca monta, pero, sobre todo, a hechos ya de sobra conocidos y, por tanto, de escaso valor noticioso. Tratándose de Chávez, esto es lo normal. Continúa leyendo «El botón del magistrado»