Sueños húmedos / 7 – 12- 2010

Sueños húmedos

Milagros Socorro

Convénzanse de esto: la cursilería nunca es inocente. El cursi siempre oculta algo y nada bueno es.
Observemos el caso Francisco Arias Cárdenas (San Cristóbal, 20 de noviembre de 1950). Antes de proponerse como candidato adversario de Chávez en las elecciones de 2000, era un hombre en apariencia serio, reconcentrado, de expresión comedida y maneras sobrias. Una vez convertido en opositor a su antiguo compañero de aventuras golpistas, Arias Cárdenas adoptó un personaje pendenciero, que batía gallinas por el pescuezo frente a las cámaras de televisión, y se encaramaba en el cajón de una camioneta para vociferar con un megáfono que Chávez debería estar en un manicomio en Cuba. Sí, un desaforado.
No pasaría mucho tiempo para que el teniente coronel (R) volviera arrepentido a besar el ruedo de los pantalones de Chávez. Y desde entonces no se ahorra zalemas hacia el presidente. Con el agravante de que el coro de aduladores es francamente atronador. De manera que, para hacerse escuchar en la rebatiña de lisonjeros, es preciso aullar los requiebros y subir la apuesta hasta lo inimaginable. Si antes se ponían de rodillas, hace rato que tienen que acostarse y muchos hay que con el vientre pegado al piso se arrastran. Ha sido un espectáculo tremendo.
Francisco Arias Cárdenas fue jefe de campaña de Gian Carlo Di Martino, quien acaba de perder las elecciones para la Alcaldía de Maracaibo frente a Eveling Trejo de Rosales. En esa condición, Arias alertó sobre “lo peligroso y dañino que pudiera ser la continuidad de UNT en Maracaibo”, y aseguró que el PSUV ganaría por más de 10 mil votos. Está bien. Nadie le reprocha el triunfalismo donde todo auguraba un revés. Y muchos le han aplaudido ese meritorio rechazo al continuismo.
Pero no había ninguna necesidad para ciertas declaraciones, ofrecidas tras la jornada electoral. Resulta que Chávez designó a la pareja de fracasados en todos los frentes, que constituyen Arias Cárdenas y Di Martino, “Comisionados presidenciales en el Zulia para atacar la emergencia por lluvias”. Estimulado por la investidura, Arias Cárdenas se permitió decir a la prensa que trabajará por hacer realidad el sueño de Chávez. «El presidente soñó que caminaba en Maracaibo junto al gobernador Arias Cárdenas y el alcalde Di Martino».
Esto lo había dicho Chávez el 22 de noviembre, en consejo de vicepresidentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), donde se trató lo de las elecciones del domingo 5 de diciembre. Y Arias lo repitió en Maracaibo, apropiándose de la cursilería sin rubor y sin un mínimo sentido de varonía.
¿Puede ser sincera una expresión que contradice la naturaleza de un hombre? Para decirlo más claramente: ¿puede ser auténtico Arias Cárdenas cuando se comporta como esas reinas de belleza que aparecen en youtube por su faramallería y estupidez?
¿Qué puede estar pasando en la mente y en la autoestima de un hombre para andar diciendo en público que va a hacer el realidad el sueño de un tipo, que, por cierto, en el pasado lo llamó serpiente y frijolito II, entre otras lindezas? Un sueño, por cierto, que los muestra como un comercial de shampoo: caminando hacia cámara, ¿desmelenados?, ¿cogidos de las manos?
Cómo se sentirá Arias Cárdenas cuando evalúa en solitario los escalones que ha descendido en su ruta a la degradación. Su venganza será terrible. Convénzanse de eso.

Editorial de Código Venezuela / 7 – 12- 2010

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